El prurito es una sensación desagradable que supone un gran impacto en la calidad de vida del paciente terminal. Su etiopatogenia es compleja y poco conocida. Una de las teorías es el incremento del tono opioide cerebral, por lo que uno de los tratamientos es la utilización de un antagonista opioide para su control.Presentamos el caso de un paciente ingresado a cargo de la Unidad de Hospitalización a Domicilio que presentaba prurito intenso a pesar de tratamiento pautado. Se inició tratamiento con Naltrexona por vía oral, presentando mejoría de la sintomatología con resolución del cuadro.